Escucha a las piedras, incluso ellas tienen su grano de sabiduría. ¿Cuánta sabiduría tienes tú en cambio? Es un bien bastante escaso en los humanos, la única certeza que tienen es que van a morir.

miércoles, 28 de agosto de 2013

La venganza de Madelaine

"Siempre hay algo auténtico en cada falsificación". Virgil Oldman

Durante años fue considerada Ciudadano Kane la mejor película de la historia. Hoy en día no sólo no es la ópera prima de Orson Welles sino que además ha perdido su corona en beneficio de Vértigo de Alfred Hitchcock. Ambas películas tenían como uno de sus temas la percepción de la realidad. Uno cómo principal y el otro como secundario. La película de hoy da una vuelta de tuerca a ese tema  de la percepción de la realidad, tema tan antiguo en el cine como lo es Carl Theodore Dreyer.

La película de la que hablamos hoy es la última obra del cineasta Giuseppe Tornatore, La mejor oferta. En asociación con Warner Bros y proyectada en la edición 63º de la Berlinale, un año después de que fuera proyectada la película de la que hablamos anteriormente.Una banda sonora de la mano de Ennio Morricone que está llevando acabo su vendetta personal contra la industria de manera sublime. Con muy buenas críticas por parte de los medios y una gran aceptación por parte del público esta película es de un gran potencial. Quizá por eso se han usado actores no italianos y se ha rodado en inglés. No nos podemos quejar, en pantalla tenemos a un tremendo Geoffrey Rush, uno de los poco actores con la triple corona de Oscar, Emmy y Tony y la escalera de premios a los que sumamos a los anteriores el Bafta, Globo de Oro y Sindicato de actores.


El personaje de Geoffrey Rush se llama Virgil Oldman, el nombre va con coña, es un experto en arte y se dedica al mundo de las subastas. Junto al personaje de Donald Shuterland, que a estas alturas de su vida lo único que hace en cada película que participa es engrandecer su leyenda, se dedican a comprar grandes cuadros a precio de ganga. El viejo Oldman tiene un trastorno compulsivo y guarda en una habitación
retratos de mujeres, única y exclusivamente retratos de mujeres. Es muy importante saber que estamos ante una persona que al igual que el personaje de James Stewart no percibe correctamente la realidad. Porque en esta película ya sabemos que va a pasar, se nos muestra abiertamente pero gracias a ese juego de subjetividad con el protagonista se consigue la sorpresa por parte del espectador.

Este personaje se encuentra con una señorita con agorafobia y una casa llena de muebles y diversas piezas de arte que quiere subastar. Un suculento tesoro y él elige la mejor parte, a la joven. A partir de ese momento la sombra de Madelaine es larga y cómo en Vértigo él intentará cambiarla, mejorarla, hasta que superé su fobia. Y ahí esta la magia de este film que al final le da una vuelta de tuerca, previsible porque te lo estaba diciendo una y otra vez, pero sin dejar de sorprender. Y es esa vuelta de tuerca lo que marca la diferencia entre una película buena y una muy buena.

He de reconocer que este director italiano es un figura.

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