Escucha a las piedras, incluso ellas tienen su grano de sabiduría. ¿Cuánta sabiduría tienes tú en cambio? Es un bien bastante escaso en los humanos, la única certeza que tienen es que van a morir.

jueves, 20 de marzo de 2014

El teatro como (re)descubrimiento personal: Prólogo

"Un actor vive, llora, ríe, en el escenario pero observa sus propias lágrimas y alegría. Esa doble existencia es lo que crea el arte" Torstov


Para adentrarse en un arte, para aprender con un arte; lo primero es conocer ese arte y conocer la primera regla que todo arte tiene por el hecho de ser. El del teatro es sencillo, al igual que el de todas las artes escénicas: Ama al arte en ti mismo y no a ti mismo en el arte.

La creencia mayoritaria sobre el origen del teatro es que es una invención griega de las festividades para Dionisio, donde se llevaban a cabo escenificaciones sobre la vida de los dioses. Sin embargo, su origen es mucho más antiguo y alcanza ese tiempo tan lejano como lo es la primera comunicación. Ya en las cavernas se hacían representaciones sobre la caza, al igual que las pinturas rupestres, relacionadas con la magia y lo sagrado. El teatro viene de algo sagrado y es muy importante no olvidarlo. Es muy importante no olvidarlo porque en un tiempo donde todo es relativo nos intentan convencer del carácter ferial del teatro y de sacralizar otras artes escénicas que sí nacieron en un entorno circense. Una vez se conoce el origen de aquello que se ama, uno puede crecer con aquello que ama. Ir contra corriente es un intento de asesinato a todo lo que representa el teatro, pero hablaremos de ello más adelante.

Posiblemente el único sitio donde no se puede mentir es en el escenario. En el escenario se muestra todo, debería mostrarse sin caretas pero hasta las caretas se revelan en escena. Un buen actor entiende que es él mismo interpretando un papel, pero que no deja de ser él mismo y puede ser él mismo viéndose como espectador. Por eso un actor sabe si consiguió o no expresar lo que de verdad tenía que expresar. La pregunta que se suele hacerse es qué tiene que contar un actor en escena. Aquello que se debe contar es el superobjetivo, por eso aún se ponen en escena clásicos griegos porque lo importante no está en el texto, lo importante es el superobjetivo que el director ha escogido. De la primera forma todo es falso, todo es mentira, es teatro muerto; de la segunda forma se deja actuar al azar de forma medida, no se dice el texto se dicen ideas. Ideas que son completamente distintas al resto de representaciones de esa misma obra, eso es arte, es teatro vivo.

Un director puede repetir todas las veces que quiera una obra y cada proyecto, cada vuelta al mismo texto será completamente distinta y enriquecedora si el superobjetivo es diferente cada vez. El teatro sólo vale la pena como arte cuando tiene un superobjetivo más allá de hacer reír y entretener al público un rato. Frente a todas las posibilidades abiertas, la elección de unas limitaciones potencia la creatividad, frente a un texto dicho tal cual lo escoge el director, condicionado por el tiempo que le imponen los diferentes teatros, la elección de mostrar algo más que el mero texto lo convierte en algo único e irrepetible. Quién entiende eso, entiende de dónde viene la magia del teatro, entiende la tremenda responsabilidad del director y entiende que sólo merecerá la pena su trabajo si trabaja en consecuencia a dicha responsabilidad.

El que ama el teatro entiende que el momento más importante, no está en los aplausos, reside cuando ha terminado la función y se vuelve al escenario vacío, en ese instante donde gira la cabeza y no ve nada pero percibe la magia. Es consciente de que ahí ha pasado algo, en un tiempo y espacio determinados y si no se ha estado en ese tiempo y espacio con afán de percibir la magia no se puede disfrutar. El teatro en si mismo es maravilloso.



Llegamos a la primera parada de este viaje.

La figura del líder

La semana pasada estuve hablando con un amigo que había vuelto de un largo viaje y en el transcurso de la conversación empezamos a hablar sobre Lost. Este año se cumplirá el décimo aniversario de su estreno y me parece que es el momento de romper una de las múltiples lanzas a favor que tiene esta serie. Nuestro tema de conversación derivó a la figura del líder, figura que ahora es el foco central de la trama de The Walking Dead.

En Lost se nos presentaban diversos tipos de líderes que iban rotando a medida que evolucionaba la trama como Jack, John, Sawyer, Sayid, Desmond, Ben y un largo etcétera que nos estuvo entreteniendo durante las seis temporadas que duró la serie. En The Walking Dead se centra bastante en Rick pero también hay otros que en momentos puntuales lideran el grupo. A parte de hablar de todos estos personajes y de recordar buena parte de detalles que teníamos oxidados distinguimos dos clases de líderes, aunque suponemos que hay muchos más y que esa primera conversación es sólo el principio de un año entero hablando sobre Lost.

Distinguimos de los líderes que hacían lo correcto aunque no les gustase de los líderes que pretendían abarcar todos los ámbitos del grupo. Personajes como Desmond y Sawyer eran de estos primeros líderes, el segundo grupo lo formaban ejemplos como Jack y Ben. Los primeros parecían en algunos momentos personas despreciables pero se les seguía en la mayor parte de las veces, al fin y al cabo Desmond es la llave que cierra todo el viaje de Lost, y los segundos aunque perduraban más tiempo eran muy egocéntricos y se notaba más fácilmente sus debilidades como líderes. Por ejemplo Jack casi nunca usaba el cerebro e iba directo y lanzado a los problemas fracasando muchas veces antes de superarlos y Ben engañaba y atacaba cada vez que veía peligrar su posición en el grupo.

Al final deducimos que un buen líder es respetuoso con los demás y hace que los demás sean respetuosos con el resto, alguien al que no le importa como le vean desde el grupo siempre y cuando haga lo correcto por el grupo, una persona que respeta unos límites y hace que el resto respete esos límites. Pero ya iremos hablando más sobre Lost durante este año.

Irreflexiones: El futuro

Las cosas claras y el chocolate espeso.

Puede que seas un joven estudiante de 1º en Fcom o puede que estés pensando en estudiar cualquiera de las carreras que se imparten en Fcom, te voy a decir lo mismo que me dijo a mí alguien que ha trabajado más de 50 años en el medio "Huye, haz otra cosa". Hacedme caso, joder. Piensa que es lo que te gusta de verdad y no me vengas diciendo que te gusta TODO. No te puede gustar todo. Hay muchos medios para expresarse, tantos que la mayoría de los gobiernos por una forma u otra intentan quitarnos alguno. También hay muchos medios donde trabajar, todos ellos pueden ser artísticos o mecánicos, tengo experiencia en varios de ellos, y me aburren unos cuantos. Unos cuantos bastante además. Es ese aburrimiento que encima no lo puedo soportar, el aburrimiento que me provocan muchas de las personas que se dedican a ello o intentan dedicarse a ello. Sobre todo me aburre ver a la misma gente haciendo lo mismo y quejándose de que las cosas van mal porque las circunstancias no son las mejores. La MISMA GENTE haciendo LO MISMO, cometiendo LOS MISMOS ERRORES, así funcionan muchos de los medios.

Me gusta el periodismo, soy una especie de periodista frustrado. A mí me hubiera gustado estar en la guerra de los Balcanes con una cámara y un bloc de notas, pero los tiempos cambian y las guerras ya no se cuentan como antes. Tampoco se combate en las guerras como antes, los tiempos cambian. Igual por eso pienso lo que pienso de otros muchos medios.

El cine de ficción cada día me aburre más. Pero no llegáis a saber hasta que cotas. La gente del cine somos los más gilipollas del mundo porque somos los más vanidosos del mundo. ¿Has visto que cada seis meses salen en los periódicos jerarquizaciones: este tipo es el número uno del mundo, este tipo es el número uno del cine español, o del cine europeo, o del cine mundial? Eso me irrita: ¿y por qué no jerarquizan sobre el que mejor hace los trasplantes? Pamplinas. No sabes la de personas que mueren por nuestra culpa. Estoy cansado de ver a directores con sus trajes de miles de € hablando de lo mal repartido que está el mundo. Y luego discuten por ver quién es el mejor siendo capaces de todo. Incluso copian películas y nadie les dice nada. Cada imagen que se toma tiene su peso moral. Uno no puede hacer así porque sí una película con 1000 millones, por favor que hay países con menos dinero que el que se ha gastado en algunas películas. Si te quieres convertir en otro más de estos hazte político, o mejor tesorero y acuérdate de la cuenta B.

Luego tienes el teatro. Más de lo mismo, mucha gente discutiendo por ver quién es el mejor, el que más mola y el que peor obra hace. Porque eso de preparar obras por puro onanismo no lleva a ningún lado. Hace tiempo que no veo una borrachera convincente sobre un escenario, veo mucha gente haciendo de sí mismo dentro del personaje. Me pasó incluso viendo Tartufo de Molière. Esas cosas te entretienen por un rato, pero camino a casa ya te aburren y tú has pagado para entretenerte, y ya de paso, pensar. Un país como España con una gran cultura teatral va cada vez más hacia la deriva.

Con los cortometrajes me pasa lo mismo. Veo muy buenos y luego veo algunos hechos por mero afán de masturbación y encima son a esos a los que se les hace caso. Muchos de mis mejores amigos ruedan cortos y algunos de ellos me dicen siempre lo mismo: "La gente no se involucra si no son los directores"; es gente que se ha ido a trabajar y vivir a otros países, no os vayáis a creer que son memos. Vamos que si uno no manda para qué se va a esforzar. En los cortometrajes parece que no tienes amigos, hay que guisarlo y comérselo uno mismo que la gente no se va a acordar de vosotros.

Me gusta, y mucho, el cine documental. Es más grato que el cine de ficción. Hablas sobre la realidad de la forma más objetiva que buenamente puedas, esto no te priva de aspectos creativos y la mayor parte de los temas me llegan mucho más que los temas del cine de ficción. Nadie espera nada de ti, no hay bobos que vayan haciendo quinielas, ni mendrugos que cada dos semanas revisen el ranking del mejor del mundo. La gente que hace documentales se esfuerza, sea cámara o director. Le va la vida en ello.

Cada vez me gusta más la radio, es un medio fantástico. Aún reside la magia en la radio, uno puede locutar un poema de Vladimir Holan y se le pone la piel de gallina. La gente reconoce si alguien es mejor que él, no hay absurdas competiciones. La radio te entretiene cuando todos duermen, la radio es compañera de todos los trabajadores nocturnos. La radio es tu amiga aunque no lo sepas. Es un medio íntimo. También hay gente en la radio que se cree los cuatro evangelistas ellos solos, pero no abundan tanto como en el resto de medios.

Ahora futuro estudiante de universidad reflexiona, ¿qué es lo que te gusta de verdad? Si es la fama, hazte economista, o métete en un partido político pero no me vengas con esa mentalidad aburrida, no me vengáis diciendo que nadie confía en vosotros y a la primera de cambio dejáis de lado a todos y vais a vuestra bola que es algo que he estado viendo bastante desde hace unos cuantos años en este ámbito.