A día de hoy que hasta Zelda lleva una especie de smartphone para que le aligere el mundo es raro encontrarse con personas a las que le guste estar bajo la tempestad. No nos gusta soportar las tinieblas de los que tenemos alrededor, incluso solemos pensar que si hay de eso la vida no puede ser apacible. Ni siquiera en el hogar familiar.
Algo similar le ocurre al protagonista de Kappa. Parece adicto a su tempestad pero incapaz de aguantar ni la remota idea de las tempestades ajenas. Pero el agua es siempre tan pequeña para escurrirse entre nuestras manos, bañarnos el rostro y sin necesidad de parlamentos aclarar que está presente. Somos nosotros con continentes los que impedimos su paso. El agua siempre fluye. Esa parece ser la vida del protagonista de esta obra, la de una persona que ha decidido que no volverá a llover problemas si decidimos que estos no existen y nunca existieron. En un mundo donde hay casi más líneas de teléfono que personas es muy raro encontrarse con personas que porten libretas. En eso también es particular el protagonista. Mediante esas libretas juega con sus amigos a entender su vida. Quizá también ellos jueguen a entender las suyas. Una vida que no fluye porque el mismo se ha puesto pantanos. Esa es la vanidad del ser humano. Si decidimos que algo no se mueve sólo necesitamos detenerlo artificialmente, destrozar su esencia, convertirnos en monstruos. Es en sus relaciones interpersonales
La puesta en escena es minimalista, otorgando fuerza a la arquitectura de la palabra. De esta manera los juegos de imaginación de los personajes cobran mayor importancia. No es necesario crear artificios más allá de nuestra propia mente. Aportan un nuevo nivel al laberinto de relaciones entre personajes. Un laberinto que cada vez que veo la obra descubro o creo descubrir capas nuevas. Esto también es la parte negativa, el espectador al que no le guste o no sea capaz de meterse dentro de la convención que comparten los personajes le resultará aburrida o pedante. Sin embargo si lo tuyo es la tempestad, la propia y la ajena, Kappa será para ti un rompecabezas con las suficientes capas como para querer verla varias veces y dejarse mojar. En cierto momento hay un personaje que dice que se hace pajas y pajas mentales. Aquí está mi paja mental.
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