Estaba revolviendo los cajones en busca de un boli o lápiz que funcionase cuando he encontrado una servilleta de bar, ensuciada con una mala caligrafía. Era un poema que escribí hace un par de meses. Así que lo copio aquí antes de que lo pierda o me envuelva un bocadillo con él.
Momento nocturno en el que te duele la cabeza
y en lugar de marchar, bebes otra cerveza,
mientras baila en el altar de neón ella
y no sabes si te sonrié o bosteza.
Lunes por la mañana, sientes pereza,
es la vida y no las sábanas lo que te pesan;
o dices vida por no hablar de cobardía.
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