Ante las últimas disputas sobre cambiar el período de espera entre ventana y ventana cinematográfica y las controversias de los últimos estrenos, algunos apurando las últimas semanas a fin de comenzar a hacer campaña para los Oscars y el inminente estreno de la última película de Lars Von Trier, me ha surgido la misma pregunta. ¿Hacia dónde se dirige el cine?
Mientras discuten en Estados Unidos sobre el estreno simultáneo en varias plataformas en Pamplona se ha demostrado que el problema está en el precio excesivo de la entrada. Mientras unos apuestan por convertir los cines en un espectáculo de nicho otros con pequeños reajustes consiguen recuperar un poco de margen de público perdido. ¿Si las entradas fueran más baratas se ganaría más público y dinero y se seguiría perdiendo? Estaría bien si alguna sala de cine, dentro de los márgenes legales de competencia, pone a menos precio las entradas durante un año. Como prueba. Sería interesante ver que saldría.
Por otra parte la siguiente noticia me pareció inquietante. No tanto por los premios del Cine Europeo que son geniales para el cine que se entiende más como arte que como industria. Me preocupa la forma en la que esta escrita con un titular que se aleja mucho de la noticia y sobre todo que dista bastante de ser verdad. Si hay algún nombre del cine español que conocen sus ciudadanos ese es Almodóvar. Tenemos grandes directores, mejores que él, algunos ya bajo tierra, y que no conoce el público general. Es una desgracia pero esto es así, por lo menos en España. Pero esa no es la preocupación.
La preocupación es que se compare al cine con el fútbol. Que me tenga que identificar con algo y vaya a muerte con ello. Con España. El cine no va de bandos, el cine tiene gran parte de subjetividad y una pequeña parte de objetividad. Esa objetividad que nos dice que Blancanieves no podría ganar un premio a mejor película cuando se grabó un año antes que The Artist y se distribuyó un año después. No es ir o no ir con España, ni con Pedro, ni con ninguna película. Es que hay premios a los que no se puede llegar por los errores cometidos y si no se aceptan volveremos a ver noticias como esta. Quizá sea eso, el ansia de premios que parece arrastrarnos. Con todas estas noticias me preguntaba:
¿Hacia dónde se dirige el cine?
Desde mi punto de vista el carácter ferial con el que surgió lo está matando. Es una muerte lenta y agónica, pero que de seguir así será irreversible. Tampoco creo que el cine sólo como arte sea la opción a seguir. Lo suyo que cada uno ganase lo que merece y que nadie intentase conseguir más. Eso sería lo suyo, pero el equilibrio parece algo complicado o eso dicen. ¿Qué opinan ustedes?
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