"Aún no has contestado a mi pregunta" Celine
"¿Qué pregunta?" Jesse
"¿Quieres estar conmigo los próximos 56 años"? Celine
Voy a escribir varios post sobre cuales han sido para mí las mejores películas del verano. A ser posible si vais a comentar y aún faltan por escribir post no digáis que me estoy olvidando de tal o cual película, simplemente no puedo escribir un post muy largo porque nadie lo leería del todo, yo me moriría escribiendo, así que tiene que ir por partes. Tampoco van a ir en orden, no voy a coger y ponerlas en ningún orden, simplemente para mí estas son las mejores películas del verano. Algunas tienen unas cosas que otras no tienen, unas son ejemplo de grandes ejercicios cinematrográficos, otras tienen un interés más antropológico lo cual no quita que sean grandes películas plagadas de una técnica usada a la perfección. Simplemente son joyitas que nos ha dejado el verano.
La primera película de la que voy a hablar es la 3º parte de una trilogía. Porque las trilogías también pueden ser buenas películas. Hablo de Antes del anochecer. Con unas excelentes críticas en Sundance y en la Berlinale. Modesta. Así es la trilogía de Richard Linklater. Más francesa que americana. Dos cámaras, un equipo de sonido, una steady, una grúa, un guión, música y algunos actores. Nada más, con eso se hace una película. Con eso Linklater filma la trilogía sobre el amor en la vida contemporánea. En una hora y cuarenta y ocho minutos nos muestra un día, el tercero que vemos de la vida compartida entre Celine y Jesse. Si Jane Austen con Orgullo y Prejuicio escribía sobre las diferentes relaciones de pareja, Linklater lo hace con una cámara sobre la evolución de una pareja. Entre la improvisación y el guión escrito.
Celine y Jesse, interpretados por Julie Delpy y Ethan Hawke, ambos excelentes y con un trabajo detrás de las cámaras que los engrandece a niveles impensables como en las dos películas anteriores. La película está grabada con muy pocos cortos y muchos planos secuencia. Entre el documental y la ficción. Se nos hace real ver a esta pareja que sufre la decadencia de la pasión y se encuentra en Grecia con la crudeza de los problemas cotidianos. Esa metáfora, lo que fue Grecia y su amor y lo que es ahora, un país destrozado.
Si la primera toma de contacto fue en Viena, el inicio de su vida viviendo juntos en París, no podría ser otro lugar sino Grecia para hablar de la crisis. La monotonía y cómo se lucha día a día contra ella hasta que finalmente se llega a lo que describe el libro Una pena en observación de C.S.Lewis, en la escena en la que están comiendo parejas de diversas edades y dos personas viudas.
Una de las cosas que más me gusta de esta película es la falta de ego que hay en torno a ella. En otras producciones vemos que una persona hace muchas, muchas cosas ella sola. Luego salen como salen, pero en esta Linklater deja el guión en sus manos y en la de sus dos actores protagonistas como ya lo hizo las dos primeras veces. Supongo que ese trabajo y el cuadrar las agendas ha sido la mayor parte de su labor como productor, los otros dos son uno griego y el suyo de toda la vida. El trabajo se delega y se vigila; es una de las pocas recetas que suelen salir bien. Con los actores ocurre lo mismo, lo normal es pedir primeros planos, monólogos o cosas así. Aquí hay un guión escrito y gracias a las decisiones de rodaje improvisación, claro que no sabemos que es lo improvisado y que es lo escrito.
En España recaudó 501.750 € o lo que es lo mismo la fueron a ver unas 100.000 personas. En definitiva una película de cine independiente que como las buenas películas de Kevin Smith o todas las de Hal Hartley llega a ser un gran éxito comercial, debido a lo poco que gastan y lo que recaudan, sin dejar de lado lo cultural.
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