No se puede negar que Tarkovski no fuese un genio cinematográfico. Tuvo una dura vida, quizá como todos los genios, pero eso no le impedió darnos más de una clase de cine. Nadie ha tratado como él al agua en las películas. Sus bellas fotografías hicieron que le nombrasen "director-poeta", alargó las escenas con un tacto que pocos pueden soñar y una calidad que pocos podrán alcanzar en imágenes estáticas. Suya es está frase: "Si se incrementa la duración normal de una secuencia, primero te aburres, pero si la incrementas aún más, crece el interés. Y si, incluso, la incrementas más, surge una nueva calidad e intensidad".
Este poeta de la imagen apenas ha llegado al público español, ninguna película suya está traducida (MEJOR), pero es su trabajo una obra muy jugosa para los cinéfilos. Cannes encumbró a este hombre, véase su larga lista de premios cosechados solo en dicho festival:
Festival de Cannes | Gran Premio del
Jurado y Premio del Jurado Ecuménico 1972 Solaris Premio del Jurado 1980 Stalker Gran Premio Internacional de la Prensa (FIPRESCI) 1983 Nostalgia Gran Premio Internacional de la Prensa (FIPRESCI) y Premio del Jurado Ecuménico 1986 Sacrificio |
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En 1986 se le descubre un cáncer de pulmón galopante y él prepara su última obra Sacrificio, dedicada a su hijo, «con esperanza y confianza».
Lejos de su patria, hacia tiempo que se había exiliado para poder hacer cine, muere y es enterado en el exilio, escribe en su diario:
5 de Diciembre de 1986. París. Ayer recibí quimioterapia por tercera vez. Me siento fatal. No puedo pasear, ni tan siquiera postrarme. Schwatzenburg no sabe qué hacer, porque ignora de dónde provienen estos terribles dolores. La película (habla de "Sacrificio") está siendo proyectada con éxito en Inglaterra y en los Estados Unidos también. Las críticas han sido excepcionalmente buenas. Los japoneses están organizando un fondo de asistencia, pero hay que decirles por qué un director tan famoso es tan pobre.
"Todo regalo es un sacrificio"
15 de Diciembre de 1986. Hamlet. Todo el día en la cama sin poder sentarme. Dolor en la parte inferior del estómago y en la espalda. También los nervios. Estoy muy débil. ¿Estoy realmente muriéndome? ¿Y Hamlet? Pero ya no me quedan fuerzas para nada. Ésa es la cuestión.
Andréi Tarkovski, el hijo del poeta Arseni Tarkovski, moría el 29 de enero de 1986. Quizá quiso enseñarnos algo para lo que nunca estaremos preparados, que hay algo más allá de la superficie de las escenas, algo más allá en las emociones humanas, quizá la colisión de una jarra de leche contra el suelo nos hiciera entender que la "magia" existe más allá de "La zona", que está en nosotros y que nosotros somos receptáculos emisores y receptores de esa "magia". Quizá nunca entendamos eso, ni tus últimos escritos. Quizá nunca entendamos nada.
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