Querido terrorista:
Sé que hoy has estado viendo la jodida tele, y perdona que diga jodida, y has temblado. Sé que hace 10 años tú creías que nos íbamos a morir de miedo, nos habríamos de detener y lo hicimos, algunos solo unos segundos para luego ir raudos a salvar vidas, como todos los putos héroes que murieron en un amasigo de hierro y fuego que fue la bellísima ciudad de New York, estuvistéis a punto de hacer cambiar hasta títulos de obras literarias escritas mucho antes de que vosotros siquiera hubieseís nacido, pero no sucedió.
Hoy han pasado 10 años desde que decidieron que podían vencernos, de que el horror y el terror unidas a la ambición personal y a un poco de lo que ustedes llaman misión divina vencerían a tod@s las personas libres de este mundo, pero no contaron con todos ellos, funcionarios del glorioso coloso americano, bomberos, policías, incluso los conserjes del mismo piso que ardía, se consumía y caía derribado mostraron sus verdaderas identidades, sus poderes, la inteligencia, el honor y la dignidad.
Aterrorizados ante las llamas, siguieron como los protagonistas de las novelas en las que pensamos por qué no se rinden, por qué no se van a sus casas y dejan que la oscuridad y las sombras se apoderen del mundo; bueno, para empezar las sombras no son de su propiedad, yo sé mejor que nadie quien ostenta ese poder, la oscuridad ya se formó después de 56 minutos de incendio al caer la primera, 102 al hacerlo la segunda como buenas gemelas.
Quizás ellas ya tenían pensado caer algún día, como les pasa a los árboles que sujetos a la tierra durante años el día más silencioso deciden caerse por una simple brisa, pero este no fue el caso, y con la caída se hizo la polvareda y la oscuridad, no veían nada, estaban bajo toneladas de escombros, atrapados, lo juro por mi tarea de matemáticas que nunca llegue a terminar, estaban aterrorizados, pero ni con esas desistieron, si pudieron salvar a alguien más y volver para caer, lo hicieron y los que ese día tuvieron la suerte de sobrevivir cada día como hoy es solo una herida sin cicatrizar, "yo pude salvar a otro más, pero no podía respirar y tuve que salir", jodidos valientes, aún darían sus vidas por salvar a más.
No solo matastéis a casi 3.000 personas, ahí murieron todos sus sueños y ambiciones y todos los sentimientos que podrían tener, pero aunque todavía os creeís intocables, os hemos vencido, os vencieron ese día sin usar ni una bala, ni una arma y os volveremos a vencer. Como tantos otros murieron por la libertad, por la que hubiese en aquel momento y como tantos otros murieron antes de tiempo, en Troya, Las Termópilas, Salamina, Los Campos Catalúnicos, Lepanto, Londres, París, Madrid. En todos esos lugares en donde alguien se sacrificó por el resto, ahí os vencimos y seguiremos haciéndolo, aunque nos cuesten otros 343 bomberos y 37 policías, aunque nos cueste otra RAF y toda la sangre y las lágrimas que son capaces de segregar nuestros cuerpos; mientras vosotros lucheís por el poder, la avaricia y la muerte y nosotros lo hagamos por el honor, la vida y la inteligencia, os habremos vencido; mientras nos sigamos besando en el hijo profundo que llegará, os habremos vencido; mientras nos besemos dormidos y despiertos se seguirán besando nuestros muertos, se seguirán besando los primeros pobladores del mundo como bien dijo Miguel Hernández y os habremos vencido; mientras haya un solo hombre y mujer libres en un lugar libre donde todos podremos reflejarnos en sus hazañas y levantarnos contra la opresión y la caricia de destrucción que nos queréis imponer os habremos vencido, seréis incapaces de doblegarnos, podréis destruir nuestros cuerpos, pero de ellos brotarán las hierbas y las flores que se impondrán en el mundo.
Queda mucho por hacer, pero cada uno de nosotros bien vale por un par de vidas futuras, por los que vendrán detrás, por los que están lejos y son inocentes, todavía no lo sabéis, pero nos tenéis miedo, verdadero terror, tenéis miedo al sacrificio de verdad, a la responsabilidad como seres humanos para con la integridad del otro.
Cascadas, cascadas y oscuridad, pero oh, siempre regresa el sol y cuando lo hace brilla más y vuela más alto, los dioses combaten a nuestro lado y las almas del resto nos animan a seguir, entre escombros, fuego, muerte y destrucción.
Debo dejarte aunque todavía no sepas porque has temblado al ver la tele, solo he de decirte que algún día nos veremos las caras, frente a frente y si llega a darse el caso de que me vencieras, hipotético e imposible, YO haré al resto más fuertes y no habrá lugar en el mundo donde no sepan de tu fechoría, no habrá lugar donde puedas dormir, ni dios al que puedas rezar porque todos me llorarán como todos lloramos por todos los héroes, pequeños gigantes que decidieron meterse en la boca del lobo de la muerte y entre los dientes de Morkai salvaron a personas que creecerán y se reproducirán, somos legión y nos temes, temes que seamos cada vez más abiertos de mente, porque cuando todos nos unamos la luz llegará creyéndose la más veloz para comprobar que el fuego que late de nuestros corazones ilumina más y es más puro.
Te deseo felices sueños, el día menos pensado miramos nuestras similitudes y acabamos contigo, mientras tanto:
¡VIVA LA VIDA Y LA LIBERTAD!
Me ha gustado, si señor, y a esos tipos lo único que no hay que tenerles es miedo. Y darles a ellos todo lo que se merecen.
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