V
Llegué a pensar que te perdí
que te habías ido
que te arrepentías de mí,
y en realidad,
era yo quien se escondía de tí.
VI
¿Qué son los frutos sino la vida?
acércate, tu saliva, mi saliva
convirtámoslo en nuestra saliva
que nuestras fatuas lenguas
despedacen las fronteras
que las recluyen en la boca
en tu boca que no es mía,
es la tuya que me inspira.
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