Somos tan feos
que teniamos que romper los espejos.
No se quien soy, no me veo,
quizas soy un deseo,
o quizas lo desee porque no lo tengo.
Creo que reposa en mi corazón,
creo que vive de cada flor
que decido coger con la mano.
Aún así el dolor,
este, que sufro sin razón...
Si, soy un Tauro enamorado,
soy un débil, paso del Gran Hermano,
te dije adiós en lugar de te amo.
Y una sombra de muslos albos
cruzó la esquina.
¿Qué me da,
qué me quita?
Vuelvo a casa
a rociarme con polvos talcos.
Que esa era mi amada,
que cruzó la esquina,
que cambió de acera,
que se fue, que ya esta perdida.
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