Acercarse es empezar la batalla
que profetizaban tus altos ojos
hermosos, grandes, abiertos, aún solo,
que se unirán a los míos en la cama.
Ambos sabemos que quieres besarme,
excelente y sensual tentación,
pero sientes temor de despertarte.
Ve despacio, hay que exprimir la ocasión.
Ve despacio, hay que exprimir la ocasión.
Deberás perdonar a mis labios
con tus brazos amicales
por saber encontrar el placer
en los lugares más inusuales.
Palpo tus albos muslos
mientras el placer huye por la ventana,
van a chocar dos mundos
que colisionarán entre las sábanas.
Nos mesamos los cabellos
y tras un excitante abrazo
libramos nuestros pechos
a los que dirigimos nuestros brazos.
Nos buscamos con ansia y deseo,
rodeamos nuestros cuerpos desnudos,
alzamos nuestras voces en jadeos,
somos dos empapados en un mismo sudor.
Tus manos empujan mi espalda
y susurras: “Perdamos la cabeza”.
Con tus uñas me marcas
mientras sigo tus contoneantes caderas
Somos más que dos tú y yo,
cuando te toco con mi corazón,
si los dos no estamos juntos
seguirá combustible la tea de nuestra pasión.
Tuyas son de mi espalda las heridas,
mía es la llave a un reino celestial,
míos son tus suspirantes gemidos,
tuya, pues te regalo, es toda mi vida,
nuestros son y serán los cuerpos unidos.